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Dice una leyenda que somos hermanos del fuego.
Que la chispa que nos anima y que nosotros llamamos 'vida' es una frecuencia, una esencia sutil de otra realidad,
habitando en esta materia cambiante.
Por eso producimos calor, porque vibramos en la frecuencia que habita en nuestro interior y que en esencia somos nosotros.
Y al igual que el fuego, para poder existir en esta realidad necesitamos materia que, como los leños de una hoguera,
va cambiando, marchitandose y convirtiendose en polvo.
Porque nuestra luz es tan potente y nuestro fuego tan intenso,
que combustionamos el recipiente de este mundo material, incapaz éste de contenernos por mucho tiempo.
Phi renace.
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